North Coast
On Spain’s northern coast, in San Vicente de la Barquera, Cantabria, lies Merón Beach: a vast expanse where the green fields surrender to the endless embrace of the Cantabrian Sea. Its shifting sands, sculpted by each tide, seem to write and erase the same poem over and over again.
Merón is a refuge for surfers and wanderers of nature, a place where the sky—almost always cloaked in clouds or rain—turns light into a veil of soft, dreamlike strokes. Every instant becomes a fleeting postcard: dawn rising beyond Cape Oyambre, dusk framed by the distant Picos de Europa, or the fog dissolving the figure of a solitary walker.
The serenity of its horizon converses with the fierceness of an untamed sea and an unpredictable climate. Amid this tension, the lighthouse endures, a silent sentinel shaping visions that seem lifted from a canvas.
Merón is not merely to be seen—it is to be breathed, listened to, and felt. A place where reality brushes against the dreamlike, where each wave carries the promise of a new landscape. Here, time seems to pause, reminding us that beauty, like the tide, always returns.
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En el norte de España, en San Vicente de la Barquera, Cantabria, se abre la Playa de Merón: un arenal inmenso donde el verde de los prados se entrega al abrazo incesante del Cantábrico. Sus kilómetros de arena cambian con cada marea, como si el mar escribiera y borrara, una y otra vez, el mismo poema.
Merón es refugio de surfistas y peregrinos de la naturaleza, un lugar donde el cielo —casi siempre cubierto de nubes o lluvia— convierte la luz en un velo de pinceladas suaves, irreales. Cada instante es una postal efímera: el amanecer tras el Cabo de Oyambre, el ocaso enmarcado por los Picos de Europa, o la niebla que diluye la figura de un caminante solitario.
La calma de su horizonte dialoga con la bravura de un mar indomable y un clima imprevisible. En medio de esta tensión, el faro resiste, testigo silencioso que convierte la escena en una pintura viva.
Merón no se contempla únicamente: se respira, se escucha, se siente. Es un territorio donde lo real roza lo onírico, donde cada ola trae consigo la promesa de un paisaje nuevo. Allí, el tiempo parece detenerse para recordarnos que la belleza, como la marea, siempre regresa.

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Chapter One - The Beach
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Chapter Two - Being Stoked
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Chapter Three - Ripping
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